domingo, diciembre 15, 2013

¿Por qué no alcanzarás la iluminación?

La proliferación de las enseñanzas espirituales y de todo tipo de disciplinas, literatura y demás parafernalia que abunda hoy en día, hace que sea muy fácil que las personas crean que se encuentran en el “camino a la iluminación”. El abuso de la terminología propia de lo “espiritual”, ha llevado a Eliezer Soebel a escribir un libro brutalmente honesto Why I Am Not Enlightened, en el que examina, desde su propia experiencia de 30 años buscando “la iluminación”, los requerimientos de una práctica espiritual sincera. La conclusión a la que llega es desgarradora: en realidad no quería iluminarse. No lo quería él ni la mayoría de todas las personas que sueñan o ansían este mítico despertar. Iluminarse requiere de un compromiso y una decisión total, sin medias tintas, que simplemente muy pocas personas tienen. Pero saber esto, que en realidad cuando nos iniciamos en el camino espiritual no queremos iluminarnos, es en sí mismo un conocimiento que enriquece la existencia. Además de algo que nos puede ahorrar decenas de años y problemas.

Soebel relata una serie de historias y parábolas que ilustran poderosamente por qué la iluminación está más lejos de lo que parece.
Un hombre se acerca a un maestro zen y le pide que le muestre el sendero a la iluminación. El maestro responde, “Bien, sígueme”, se levanta y lleva al hombre a un río cercano y hacia dentro del agua. Sin previo aviso, el maestro obliga la cabeza del hombre debajo del agua y la sostiene ahí mientras lucha violentamente por su vida, hasta que hasta a punto de morir. Finalmente el maestro saca la cabeza del hombre, buscando el aliento, y dice, “Cuando quieras iluminarte tanto cómo querías respirar justo ahora, entonces regresa a verme”.

La pregunta aquí es evidente, ¿realmente quieres iluminarte tanto cómo lo que querrías respirar una situación de vida o muerte? Y es que un logro extraordinario requiere constantemente un deseo extraordinario. Dentro del budismo zen se encuentran muchas historias similares:
En la antigua China se dice que Hui-ka una vez fue a la cueva de Bodhidharma y esperó a que el monje lo aceptara como estudiante. Después de aguardar ahí por muchos días sin señal del maestro, empezó a nevar. Cuando la nieve llegaba a la cintura de Hui, Bodhidharma finalmente salió y le preguntó, ‘¿qué es lo que quieres?’
‘Mi mente no está tranquila’, replicó Hui.
‘El Camino es largo y difícil’ dijo el monje, despachándolo.
Hui tomó su espada y se cortó el brazo izquierdo y se lo dio al maestro, así fue aceptado.

O la de un monje que fue amenazado por un samurai con la punta de su espada:
“¿No sabes quién soy? Soy alguien que te puede cortar la cabeza sin pensarlo dos veces o parpadear”.
A lo que el temerario maestro respondió, sin perder la compostura “Yo soy alguien que podría ofrecerte mi cabeza para que la cortes sin pensarlo dos veces o parpadear”.

El mensaje es muy claro, la iluminación, escapar de la rueda de la vida y la muerte, no es algo casual que puede ocurrirle a cualquier turista espiritual, solo porque toma sustancias psicodélicas, hace yoga, canta mantras o tiene pensamientos positivos. Es algo que quizás podría ocurrir, pero solo para aquellos que están dispuestos a sacrificarlo todo, incluyendo la vida misma.


Si bien esto explica por qué no te has iluminado, también abre la posibilidad de relajarse y disfrutar la vida, el aire, la familia. Sin esa falsa presión de pretender ser o querer ser un iluminado.
Por Un Buen Camino: ¿Por qué no alcanzarás la iluminación?:

domingo, octubre 27, 2013

NADA PUEDE SALIR MAL -Jeff Foster

Amigo, cuando te sientas destrozado, perdido, lejos de casa, cuando estar alineado parezca algo completamente lejano y las palabras de los sabios se asemejen más bien un cuento de hadas, cuando sientas que las respuestas no llegan y que las dudas te consumen como el fuego...
Detente. Respira. Recuerda, nada está saliendo 'mal'. Un sueño está muriendo, eso es todo, un sueño de segunda mano acerca de cómo 'debería' ser este momento...
Cuando todo ese desorden llame tu atención, cuando las dudas entonen su loca melodía, cuando las historias se dejen venir como cascadas, recuerda que esa misma nostalgia que tratas de eliminar te está realmente invitando hacia tu verdadero Hogar, al Aquí y al Ahora, lejos de todos los 'hogares' terrenales.
Un problema es algo que anhela tu dulce atención. Una crisis es un momento decisivo. La enfermedad es una invitación a un profundo descanso y a la liberación. Un trauma es la invitación a ese tipo de aceptación que nunca antes imaginaste. Esas dudas que te carcomen son explosiones de la suprema inteligencia, haciéndote un llamado para que confíes profundamente en tu propia experiencia de primera mano, es un llamado para que te dejes caer en el constante abrazo de lo Desconocido.
Aún cuando todo parezca ir mal, detente, toma un respiro y recuerda que nada puede salir 'mal' en el inmenso campo de tu presencia eterna.
Jeff Foster
(Traducido por Tarsila Murguía)

ACEPTAR LAS COSAS COMO SON - Francesc Miralles

Una de las fuentes de sufrimiento más comunes en el ser humano es el deseo de que las cosas sean distintas a como realmente son. Cuando un país pasa por una grave crisis, la población mira atrás y desea que todo fuera como antes, un antes que en su momento no se valoraba porque parecía aburrido o bien había otras aspiraciones.
Lo mismo sucede con las relaciones interpersonales. Quien tiene por pareja a alguien silencioso desearía un carácter dicharachero, y este último pondrá de los nervios a quien convive con él un día tras otro. ¿Por qué anhelamos siempre lo que no tenemos?
Hay vida antes de la muerte; disfrútala" (Eduard Punset)
Nuestra forma de vida está tan basada en el cambio y el progreso, que a menudo valoramos negativamente la estabilidad sin saber cuál sería la alternativa.
La insatisfacción es lo que permite el progreso de la ciencia, las artes y todo lo que tiene que ver con la sociedad, pero cuando se vuelve crónica en nuestro día a día deja de ser un estímulo para teñir de negatividad nuestra vida.
Hay personas que, instalados en la queja y la amargura, molestan a los demás –y a sí mismos– de forma totalmente estéril porque de nada sirve señalar lo que no funciona sin ofrecer soluciones.
Madame Bovary dio nombre a lo que el filósofo Jules de Gaultier denominaría "bovarismo". Se trata de un estado de insatisfacción permanente a causa del desnivel entre las propias ilusiones y la realidad. Sin abogar tampoco por el conformismo, si nuestras aspiraciones se hallan siempre a gran distancia de lo que tenemos, jamás alcanzaremos la serenidad. Como el burro que persigue la zanahoria, podemos pasar la vida entera esperando "algo mejor" para descubrir al final que ya lo teníamos y no habíamos sabido verlo.
Los manuales de psicología han puesto de moda el verbo procrastinar, que significa postergar aquello que deberíamos hacer hoy. Un aplazamiento que también se produce en un nivel existencial. Muchas personas postergan la felicidad hasta que cambie la situación que están viviendo. Se convencen de que cuando encuentren un trabajo mejor o la pareja ideal, por poner dos ejemplos, se darán permiso para disfrutar de la vida. Sin embargo, este planteamiento tiene un fallo de origen y es que nada resulta como esperábamos una vez que lo conseguimos.
Lo que ocurre es que muchas personas cuando llega el momento tan largamente esperado o deseado sufren una desilusión; entonces fijamos nuevos objetivos esperando que una vez alcanzados llegue, esta vez sí, el premio definitivo. Sin embargo, esto no acostumbra a suceder, ya que más que insatisfacciones existen las personas insatisfechas.
Del mismo modo que nos resulta difícil aceptar las cosas como son, también nos cuesta aceptar a los demás, ya que su forma de pensar y reaccionar nunca coincidirá con nuestras expectativas.
Al hacer un favor a un vecino, nos duele si no obtenemos el mismo trato por su parte cuando lo necesitamos. En el ámbito laboral, a menudo consideramos que los compañeros no cumplen con sus tareas, y el jefe o la jefa es un ser inútil que está dinamitando la empresa.
A veces debes conocer al otro realmente bien para darte cuenta de que sois dos extraños" (Mary Tyler Moore)
En esta clase de pensamientos está el punto de partida de la mayoría de conflictos interpersonales. Al esperar que los demás se comporten de determinada forma les estamos negando el derecho a su identidad. Además, al enfadarnos por estas diferencias obviamos algo muy importante: ser o actuar de modo distinto a nosotros no tiene por qué ser negativo.
Afortunadamente, cada persona tiene una combinación única de defectos y virtudes. Podemos aceptar su singularidad y sacar partido de las cosas buenas que nos ofrece o bien enrocarnos y señalar al otro como enemigo.
En 2002, Byron Katie publicó un libro orientado a acabar con la insatisfacción personal: Amar lo que es. Basado en aceptar y reconocer el valor de lo que configura nuestro entorno, no se trata de resignarse a lo que hay, sino de amar nuestras circunstancias para mejorar desde ese punto de partida.
Esta autora norteamericana sostiene que "la realidad es siempre más amable que las historias que contamos sobre ella" y que cualquier enfado que tengamos con los demás es, en el fondo, algo de nosotros mismos que nos molesta. Por eso mismo desearíamos cambiarlos, porque resulta más fácil exigir la transformación del otro que la de uno mismo.
Convencida de que "lo que provoca nuestro sufrimiento no es el problema, sino lo que pensamos sobre el mismo", en su best seller propone que la persona insatisfecha se entregue al "trabajo", que empieza con estas dos fases:
1. Plasmar en el papel lo que no nos gusta. Tomar una situación o una persona que nos desagrada y especificamos quién o qué provoca nuestra tristeza, qué es lo que no nos gusta y cómo debería ser para que estuviéramos satisfechos.
2. Indagar en el problema a través de estas cuatro preguntas:
a) ¿Es éso verdad?
b) ¿Tienes la absoluta certeza que eso es verdad?
c) ¿Cómo reaccionas al tener este pensamiento?
d) ¿Quién serías sin él?
Byron Katie sostiene que ante un pensamiento negativo solo tenemos dos opciones: o nos apegamos a él o indagamos para comprenderlo. Esa última actitud y una relación constructiva con nuestro entorno nos llevarán a un plano superior.
Señor, concédeme serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que sí puedo y sabiduría para reconocer la diferencia"
(Reinhold Niebuhr)
Una anécdota que se menciona en los talleres de superación personal tiene como protagonista a un violinista que en pleno concierto en Nueva York vio cómo se rompía una de las cuatro cuerdas de su violín. En lugar de detenerse, decidió adaptar la melodía a las otras tres cuerdas, algo realmente difícil con este instrumento. Cuando le preguntaron por qué había elegido esa opción, respondió: "Hay momentos en los que la tarea del artista es saber cuánto puede llegar a hacer con lo que le queda".
Sin duda, la realidad nos pone a prueba y a menudo estamos expuestos a circunstancias indeseadas. La cuerda rota del violinista tiene su equivalente, en la vida cotidiana, en situaciones con mucho menos público, pero más dolorosas. En lugar de lamentar nuestra suerte, podemos preguntarnos qué es lo que nos queda y qué podemos hacer para restablecer el equilibrio en nuestra vida. Para que vuelva a sonar la música, no obstante, es necesario aceptar las cosas como nos ha tocado vivirlas, ya que son un reto y un aprendizaje. Al mismo tiempo, en lugar de buscar culpables, debemos aceptar a los demás y no fijarnos en su cuerda rota, sino en las otras tres que siguen sonando.
Francesc Miralles

miércoles, septiembre 25, 2013

La bruja de "es que"

LA BRUJA DE "ES QUE"
(Gema Sancho, Psicóloga española)

Cuenta la leyenda que en aquel lejano lugar vivía un bruja mala, de las de medias de rayas y verrugas en la nariz; la bruja mala del "es que".

Cuando los niños que allí vivían cumplían su primer año eran visitados por la bruja mala del "es que", quien les regalaba un inmenso saco lleno de "es que"s de todas las formas y colores, listos para utilizar a lo largo de toda su vida. Cada saco que los niños recibían contenía "es que"s  grandes y pequeños, "es que"s enrevesados y "es que"s sencillos, oscuros y brillantes, "es que"s musicales, graves y agudos,...
 
A partir de ese día, los niños aprendían a colocar cada mañana varios "es que"s en su mochila o en sus bolsillos, y no dudaban en sacarlos y mostrarlos cada vez que necesitaban justificar su comportamiento.
 
Los "es que"s eran inagotables, incluso parecían multiplicarse a medida que los años pasaban y, ya adultos, aquellos que en su día fueron niños, seguían llenándose los bolsillos con varios "es que"s cada día.
 
Todos estaban contentos de poseerlos, ya que resultaban muy valiosos a la hora de encontrar excusas externas que les libraran de temas complejos, comprometidos o que requerían algún tipo de esfuerzo.
 
De este modo, los niños iban creciendo en su cómodo afán de buscar razones ajenas para sus propias acciones.
 
Pero quiso el destino que un día ocurriera algo inesperado. El día que el pequeño "Voy a" cumplía su primer año, la bruja mala del "es que" cayó enferma y no pudo llevarle su regalo porque "es que" estaba en la cama con fiebre!!
 
Y así fue como "Voy a" no recibió su preciado regalo de cumpleaños y tuvo que desenvolverse en la vida sin su saco de "es que"s.
 
"Voy a" era un niño peculiar, un tanto extraño diría yo. ¡Tenía la mala costumbre de hacer preguntas! Y no preguntas corrientes, no, hacía preguntas consumidoras de "es que"s. Un día, por ejemplo, se encontró con un compañero de clase que lloraba sentado en un escalón:
 
- ¿Qué te ocurre? - le preguntó "Voy a".
 
- "Es que" me han puesto un cero en la redacción - contestó el niño entre sollozos.
 
- ¿Cómo ha sido eso?
 
- "Es que" no la entregué.
 
- ¿Qué pasó para que no la entregaras?
 
- "Es que" mi perro se puso a jugar y sin darse cuenta, la destrozó.
 
- ¿Quieres decir que tu perro destrozó tu redacción, no la entregaste, te han puesto un cero y ahora lloras?
 
Además de preguntar, a "Voy a" le gustaba resumir, aunque cuando resumía de esta manera, los niños se sentían incómodos...
 
- Sí, "es que"....- el niño rebuscó en sus bolsillos, ansioso por encontrar el "es que" adecuado.  Pero antes de que pudiera encontrarlo, "Voy a" lanzó su última pregunta, aquella con la que solía acabar las conversaciones...
 
- Y, ¿qué vas a hacer?
 
El niño sintió una punzada en el pecho, como si se ahogara. Abrió su mochila y revolvió ansioso su interior en busca de un "es que" que poder utilizar. Al fondo, debajo del estuche, encontró un "es que" pequeñito..
 
- "Es que" no me entiendes - respondió rápidamente y salió corriendo, no fuera a ser que "Voy a" le siguiera preguntando.
 
Este tipo de episodio se repetía con cierta frecuencia. Los niños procuraban meter cada día más "es que"s en su mochila pero, al final del día, tras una breve conversación con "Voy a", tan sólo quedaba el recuerdo del eco en su interior.
 
Los "es que"s se agotaban tan rápidamente que los niños y mayores del lugar comenzaron a usarlos cada vez con menos frecuencia, temiendo que se les acabaran.
 
La bruja mala del "es que", verde de rabia y amarilla de envidia, al ver que su poder iba disminuyendo día a día bajo las demoledoras preguntas de "Voy a" decidió presentarse ante él con un gran saco de "es que"s, los más lujosos y brillantes que tenía, dispuesta a regalárselos.
 
- ¿Qué quieres? - preguntó "Voy a" al verla llegar tan cargada.
 
- "Es que" no pude hacerte tu regalo el día de tu primer cumpleaños.
 
- Gracias, no importa - contestó "Voy a" con amabilidad.
 
- "Es que" tenía que habértelo dado pero "es que" estaba enferma. "Es que" hacía frío y no me abrigué lo suficiente. Sé que debería haberme abrigado pero "es que" estaba entretenida y no me di cuenta. "Es que" no me acordaba de que era tu cumpleaños ese día porque suelo anotarlo pero "es que" no encontraba el boli y lo dejé para más tarde.. - la bruja continuó dando explicaciones inconexas, usando "es que" tras "es que" hasta que, sin darse apenas cuenta, el saco que traía como presente para "Voy a", fue disminuyendo de tamaño.
 
"Voy a" estaba atento, escuchando cada una de sus palabras, mirándola con sus profundos ojos negros. La voz de la bruja se iba haciendo cada vez más y más aguda y su cuerpo parecía ir menguando a medida que los "es que"s de su saco iban saliendo para desvanecerse en el aire.
 
Finalmente, con voz serena pero firme y una dulce sonrisa en su cara, "Voy a" le dijo:
 
- No necesito tus "es que"s, bruja. He aprendido a asumir mis propias responsabilidades. Sé que hay cosas que no dependen de mí y las asumo, pero siempre encuentro algo que yo puedo hacer que sí depende enteramente de mí.  Me siento feliz de controlar mi propia vida, de tomar mis propias decisiones y de asumir las consecuencias de mis acciones. Y tú, ¿qué vas a hacer?
 
Nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrió entonces. Algunos hablan de una fuerte tormenta que levantó a la bruja por los aires y se la llevó a otro lugar aún mucho más lejano. Otros dicen que se derritió quedando en el suelo, a los pies del niño, tan sólo sus medias de rayas y que por eso desde entonces puede verse dibujado un paso de cebra en ese mismo lugar. Lo cierto es que nunca más se supo de la bruja mala del "es que" y que, a partir de entonces, los niños que allí nacían no volvieron a recibir su preciado regalo en el día de su primer cumpleaños.
 
"Voy a" fue, poco a poco y a través de sus preguntas acabando con todos los "es que"s que aún quedaban. Y dedicó su vida a hacer que los habitantes de aquel lejano lugar aprendieran a tomar conciencia de su propia realidad, buscaran nuevas opciones y asumieran la responsabilidad de sus propios comportamientos.

miércoles, agosto 07, 2013

DALAI LAMA - LOS DIEZ LADRONES DE TU ENERGÍA


 

LOS 10 LADRONES DE TU ENERGÍA:    1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que  no sea en tu mente.  2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.  3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.  4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica   tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.  5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.  6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.  7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo  trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.  8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.  9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.  10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.  DALAI LAMA - LOS DIEZ LADRONES DE TU ENERGÍA.     @[145563358791198:274:Con la gente que me gusta (F.M Libertad)]

1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.

2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.

5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.

6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.

7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.

8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.

martes, julio 02, 2013

Incredulidad

- No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.
- No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean.
- No creáis en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas.
- No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira.
- No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan aunque presuntamente reproduzcan mis palabras.
- No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano.
- Creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia.
BUDA 

sábado, abril 13, 2013

ATENCIÓN!!!



Un día un hombre del pueblo dijo al maestro zen Ikkyu:
—«Maestro, ¿quieres apuntarme algunas reglas básicas de la sabiduría suprema?»
Ikkyu cogió la pluma y escribió: «Atención.»
—«¿Eso es todo?», preguntó el hombre, «¿No quieres añadir nada más?»
Ikkyu escribió dos veces más:
—«Atención. Atención.»
El hombre algo irritado dijo: «No veo gran profundidad o ingeniosidad en lo que acabas de escribir.»
Ikkyu escribió la misma palabra otras tres veces más:
—«Atención, atención, atención.»
Algo enojado, el hombre preguntó: —«¿Qué significa en realidad la palabra "atención"?»
Ikkyu contestó con suavidad: «Atención significa atención.»
(Zenso Mondo: Diálogos de los maestros zen.)
Preguntaron a un maestro por qué, a pesar de sus múltiples ocupaciones, era capaz de estar tan sereno, a lo que contestó:
—Cuando estoy de pie, estoy de pie; cuando ando, ando; cuando estoy sentado, estoy sentado; cuando como, como; cuando hablo, hablo...
En este punto sus interlocutores le cortaron diciendo: Eso también lo hacemos nosotros; pero aparte de eso, ¿qué más haces?
Y de nuevo dijo: Cuando estoy de pie, estoy de pie, cuando ando, ando; cuando estoy sentado, estoy sentado; cuando hablo, hablo...
Otra vez dijo la gente:
—Eso mismo también lo hacemos nosotros
Pero él les dijo: No, cuando estáis sentados, ya estáis de pie; cuando estáis de pie, ya estáis corriendo; cuando corréis, ya estáis en la meta.
La atención supone una interrupción constante de la satisfacción del ego. La persona atenta no nada a favor de la corriente de los hábitos, dando rienda suelta a su mente, puesto que eso impediría el avance hacia la profundidad
«Nuestra consciencia del yo es como un mono», dice una sutra del zen, que salta de rama en rama, de árbol en árbol, a través del bosque entero. A veces debemos observarlo y darnos cuenta de que sólo es un mono, no nuestra consciencia, pero no debemos echarlo, sino volver simplemente a nuestro Centro
AUTOR.: Jager Willigis.

viernes, abril 05, 2013

Por Un Buen Camino: Que nada te distraiga de ti mismo

Por Un Buen Camino: Que nada te distraiga de ti mismo:


Aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo.
Ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, 
a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, 
a los noticieros que te envenenan desde la mañana,
 a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste;
 porque la vida es aquí y ahora mismo.

Que nada te distraiga de ti mismo.
Debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría 
ni sufriste el más grande dolor.
Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.
 Vive de instante en instante porque eso es la vida.
Me costó 57 años llegar hasta aquí.
¿Cómo no gozar y respetar este momento?
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere.
Y si la historia es tan simple,
¿porqué te preocupas tanto?

No te sientas aparte y olvidado:
¡Todos somos la sal de la Tierra!
En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno.
Perdónate, acéptate, reconócete y ámate:
 Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad.
Borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, 
para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos.
Pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe.
 Perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá.
 Entonces serás siempre nuevo.

Tienes el poder para ser libre en este mismo momento.
El poder está siempre en el presente, porque toda la vida está en cada instante.
 Pero no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor:
 lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa,
 que son los responsables de nuestras enfermedades.
Perdona a todos y perdónate: No hay liberación más grande que el perdón,
 no hay nada como vivir sin enemigos.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbDisDFoSp0prY9X_TzqrM-eU2YTndZeSZLXVn__NT85GnVKvLnC7X0FTdDy-TR9KiJEJxCRfNBXvGU036-tZ3eZySvZoOjmqDrrd3dFwMLKpnjBU1kC_eDNCf98pSk-Bj9BUq/s400/libertad-salud-libre-bienestar.jpg 
 
Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo que el miedo, la culpa,
 el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) 
y cómplice de lo que te disgusta.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida; es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro tuyo.
Alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse.
 Lo que llamamos problemas son lecciones;
 por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

No te quejes.
Recuerda que naciste desnudo; entonces ese pantalón
 y esa camisa que llevas ya son ganancia.

Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida.
Libérate de la ansiedad.
Piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

domingo, marzo 17, 2013

Eres una joya muy valiosa



 "Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto.

¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"

El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien- asintió el maestro.
Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro.
Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-.
Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto.
¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
(Cuento Zen)


sábado, febrero 23, 2013

Haz que te guste – autopersuasión

Haz que te guste – autopersuasión:
plumaDentro de mi lista de felicidad para 2013 está el reto de leer un libro por semana, mezclando temas educativos con curiosidades y ficción. Debido a los trayectos en tren y avión voy bastante bien con mis lecturas. Entre las lecturas más inspiradoras se encuentra el libro “Influence: The Psycology of Persuasion” de Robert Cialdini. El libro presenta los seis herramientas más comunes para persuadir a otra persona de hacer algo, ya sea en el contexto de ventas, en las relaciones interpersonales, o en instituciones. Una de estas herramientas que puede ser útil para persuadirte a ti misma cuando te haga falta cambiar de enfoque.

Díselo a tu cerebro… y él lo creerá

Los primeros en utilizar esta técnica a gran escala fueron los chinos durante la segunda guerra mundial. En general, sus prisioneros americanos no fueron sometidos a torturas ni tratamientos crueles. Todo lo contrario, fueron invitados a reflexionar y a escribir. Ensayos sobre su estancia en los campos de prisioneros, cartas a sus seres queridos, concursos de cuentos personales fueron las herramientas para cambiar la mentalidad de los prisioneros. La idea básica era conseguir que los prisioneros escribieran cosas positivas sobre China o empezaran a criticar a los EEUU, aunque fuera de forma tan suave como “En EEUU no todo es tan perfecto como se dicen”. Muchos relatos fueron publicados en la revista de la prisión, se pidió a los prisioneros que leyeran sus propios escritos en la radio o en reuniones personales. Y con cada repetición, con cada palabra escrita en positivo, los prisioneros se convencieron de que la China comunista tenía sus méritos.

Aprovechando la disonancia cognitiva

La disonancia cognitiva es la situación cuando lo que dices y lo que haces no están alineados. Es una sensación incómoda y el cerebro hará todo lo posible para resolver esta disonancia: o puedes cambiar la situación, o la narrativa. Es por eso que anotar tus planes en un papel tiene tanto éxito. Si te comprometes por escrito a salir a correr tres veces por semana, hay más posibilidad de que lo consigas que si tan solo lo has dicho o pensado. La palabra por escrito pone tu cerebro en la situación de tener que admitir que o estás mintiendo, o mejor empiezas a actuar ya.
Como descubrieron los chinos, también funciona al revés, en aquellas situaciones donde lo único que puedes cambiar es tu postura ante la situación. Si acabas de perder el avión, puedes desesperarte y reprocharte a ti misma por ser tan tonta de no leer bien el horario de salida. O puedes activamente buscar cosillas positivas de la situación. No hace falta que te inventes un cuento! Escribir dos o tres aspectos en un cuaderno ya pueden ser suficiente para cambiar tu enfoque: ahora tendrás tiempo de terminar el libro que empezaste ayer. Finalmente también estás en el grupo de los que han perdido el avión alguna vez (sí, somos muchos!).

Buscando lo positivo

A nivel psicológico el cerebro ahora solo tiene una opción: aceptar que en realidad no es tan grave que hayas perdido el avión. La alternativa sería verte a ti misma como mentirosa ya que tu emoción y lo que has escrito al inicio no coinciden. Y como la emoción se puede ajustar más fácilmente que lo escrito… te calmas.
Esta idea se puede utilizar para eventos puntuales y también para situaciones más grandes. Si odias tu trabajo, intenta escribir un ensayo sobre este trabajo que incluya por lo menos dos puntos positivos. Si te agobias cada vez que tu suegra viene de visita, escribe una carta a tu mejor amiga resaltando también los puntos positivos. Puedes reconocer lo que te saca de quicio, lo importante es que también incluyas algo positivo. Y poco a poco verás que tu enfoque cambia.
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Really cute animals

martes, enero 29, 2013

Si no te apegas...

Si no te apegas...:


Si no te apegas a nada lo tienes todo. Nadie va a arrebatarte lo que no temes perder.

¡Qué paz... tan solo vivir!

viernes, enero 25, 2013

Un cañón desértico con piscinas en turquesa, en Omán (Wadi Shab)

Un cañón desértico con piscinas en turquesa, en Omán (Wadi Shab):
Omán es un país al que no le habíamos dedicado un post en el blog, hasta que hemos dado en reseñar uno de sus sitios increíbles. Siendo un país ubicado en la península arábiga, su territorio es en su mayor parte un vasto desierto si nos alejamos de la costa. Pero para darse un chapuzón más original que en alguna de sus playas, deberíamos contemplar la idea de trasladarnos hasta Wadi Shab, un curso de agua dulce que llamará nuestra atención por su tonalidad turquesa en medio de un cañón rojizo. El agua, en distintos rincones, se parece a una piscina, tal como se ve en cada foto:

Andries3
Wadi Shab es de hecho un paisaje que se ve fantástico, entre abundante vegetación que crece a modo de oasis junto al agua transparente:

Andries3

Alexander Cheek

Alexander Cheek

Alexander Cheek
Oman-Wadi-Shab
Imagen Ian Sewell

Andries3

Alexander Cheek

Alexander Cheek

Andries3

Adrikta

Alexander Cheek

Tristan Schmurr

Andries3

Adrikta

Tristan Schmurr

Alexander Cheek

Andries3
Wadi Shab se encuentra a sólo dos horas desde Mascate, la capital del sultanato de Omán. Se puede llegar en coche sin demasiadas complicaciones, con buenas carreteras en dirección a Wadi Tiwi. Una vez en el lugar, se pueden realizar caminatas y disfrutar de las piscinas naturales con el buen clima. Hacia el final de la garganta, se puede nadar hasta una cueva pequeña o realizar saltos al agua desde las rocas.
Más información sobre Omán en Wikiviajes

jueves, enero 24, 2013

Fwd: {PandoBlogMar} Los Juegos del Ego


 



El ego,.. ese falso "yo" durante años nos mantiene engañados, con el juego de los personajes, haciéndonos creer que somos tal o cual, sr. o sra., de tal raza, nacionalidad, con tales posesiones, títulos, y demás cosas.

El ego usa los dramas como una estrategia para mantenernos entretenidos y absortos en ese juego "adictivo".. que nos impide DARNOS CUENTA.. de que son los pensamientos los que desencadenan las emociones y estados de ánimo,.. y además pone una densa nube en la mente, con un enjambre de pensamientos,.. como estrategia para impedirnos aquietar la mente y OBSERVAR.. Porque cuando nos aquietamos y "observamos"… descubrimos el engaño,.. y empezamos a comprender quien realmente somos, .. NOS DAMOS CUENTA.. que hemos vivido como el actor de una película que sufre una enfermedad mental.. y termina creyendo que él es el personaje que representa, olvidando por completo al sujeto del actor.

Descubre el juego del ego.. OBSERVA.. lo veras y elige no jugar,.. y punto, .. el sufrimiento se acaba.


Triangulo Dramático.. El Juego que todos jugamos

Por: Alejandro Ariza

El juego psicológico que te voy a comentar hoy se llama "Triángulo Dramático (TD)". Es un auténtico drama (género mixto entre tragedia y comedia) sucedido en un juego que se realiza comúnmente entre tres, aunque muchas veces bastan dos para empezar a jugar. Los participantes de este juego son tres jugadores: la Víctima, el Perpetrador y el Salvador.

La Víctima es el que elige sufrir casi inocente por la culpa de otros.

El Perpetrador es que elige cometer una culpa grave, el que persigue, el que elige hacer daño.

El Salvador es el que elige librar del sufrimiento y hacer justicia.

Esos son los tres célebres personajes que arman el triángulo dramático (TD), un juego psicológico que sólo produce desgaste, resentimiento, alejamiento, envidias, coraje, odio, enemistad, rencor, y un sin fin de etcéteras que se pueden englobar en algo más sencillo: sentirse mal, muy mal. Te pondré un ejemplo de la vida real que escuché ayer con una de mis pacientes. Primero te describiré los hechos y luego te explico el juego.

Los hechos: Mujer de 28 años (a quien llamaré Inocencia) que tiene una reciente amiga muy querida (a quien llamaré Dolores) y decide hablarle por teléfono para saludarla. Al contestar Dolores, ésta de inmediato le dice en tono un poco despectivo: "¿Ahora qué es lo que necesitas!". En ese instante Inocencia se consterna por el modo y le dice: "¡Qué?". Y ya un poco molesta Inocencia, antes que pedirle explicación ni nada, decide aplicarle la juvenil y le sigue diciendo: "Bueno, ahora que lo dices, necesito mis aretes que te presté el otro día y no me has devuelto". A lo que Dolores le dijo que luego se los regresaría con gusto. Inocencia sin decir más, colgó molesta. Se dejaron de hablar poco más de tres días cuando se hablaban diario. Inocencia habló luego con su novio y le comentó los hechos, a lo que el novio contestó: "Voy a hablar con esa amiguita tuya…, ¿qué se cree?, y tú siendo tan buena con ella". Inocencia al día siguiente fue a consulta y, dentro de otras cosas más importantes, me pedía consejo para salir de esta situación que le parecía embarazosa y que la verdad no entendía.

Ahora mi explicación: Inocencia habló con la mejor intención para saludar a su amiga. La amiga Dolores le contestó de mala forma y en ese momento, Inocencia entró al juego del Triángulo Dramático y se sintió auténtica "Víctima", es decir, eligió "sufrir" la forma en que le contestó. ¡No podía creer el maltrato que su amiga le profería con esa forma tan ruda de contestar! La amiga, también sin saber, jugaba el juego de "Perpetrador". Y es que no existe víctima sin perpetrador. Dolores le hizo sentir mal con su forma ruda de contestar, y sus motivos tendrá. Y luego Inocencia fue con su novio quien empezó a jugar el papel de "Salvador". El triángulo dramático se cerraba perfecto. Le expliqué a Inocencia los papeles que cada quien eligió jugar y me miró con ojos de admiración al ver tan claro el juego.

Otro ejemplo: la mamá que le compra una camisa rosa muy fina y hermosa (según ella) a su querido hijo. Cuando el hijo llega a casa, la mamá le enseña su regalo sorpresa y el joven no sabe qué decir. Le agradaba recibir un regalo pero no le gustaba la idea de recibir una camisa rosa. La mamá notó la falta de emoción en su hijo y "eligió" interpretarlo como un desdén. En ese momento le expresó a su hijo: "Claro, a ti nunca te gusta lo que yo te doy. No fuera esa niña con la que andas porque se lo festejarías". La mamá se dio media vuelta y salió de la recámara. Cuando la mamá vio que pasaron unos minutos y el hijo no salía de su recámara, le gritó: "¿Qué! ¿No me vas a decir nada hijo? ¿Ni disculpas? (nótese que la víctima cuando no quieren jugar con ella, insiste con este tipo de preguntas para arrancar el juego).

Cuando más tarde llegó el papá, la mamá, antes que nada, le urgía platicarle lo sucedido. El papá dijo: "Entiéndelo…, es hombre y no le ha de gustar esa moda". La mamá contestó: "¡Caray! Gracias por tu apoyo, mejor dime que soy tonta y no sé qué es lo que le gusta a nuestro hijo". El padre dijo: "No, no. No es para que te pongas así mi amor. Nunca quise decirte eso. Es más, voy a hablar con nuestro hijo ahora mismo para informarle que quizá le faltó tacto".

La madre se quedó esperando (con actitud de víctima, pero ahora también empezando un poco el papel de perpetradora). El padre subió a ver al hijo y le comentó: "Hijo, debes ser más agradecido con tu madre. Quizá no te gustó el color o algo así, pero es un regalo y te recomiendo que vayas y se lo agradezcas". El hijo contestó: "Ni loco papá. Lo que pasa es que mi mamá la trae conmigo desde hace días y le tiene como envidia a mi novia o no sé qué, y con este regalo sólo me quiere molestar". El papá comentó: "No hijo, no es así". El hijo respondió: "Claro que lo es. Además tú qué sabes si nunca estás aquí". El papá ya molesto: "Está bien, como siempre, haz lo que se te pegue la gana". El papá salió de la habitación y regresó a hablar con la mamá: "Oye, ¿qué traes algo con la novia de nuestro hijo?". "¡Qué!? A mi esa chamaquita ni me importa!"…., y así se podría continuar el juego por horas, días, semanas o años.

Si ves con atención, ahora que con Nueva Conciencia sabes que existe este juego, el triángulo dramático, puedes ver clarísimamente cómo todos eligen jugar uno de los papeles y luego, hasta intercambiarlos. La madre elige sentirse víctima por no ser festejada por el hijo frente al regalo. (De hecho, la madre nunca dio un regalo sino lanzó un anzuelo de reconocimiento, mismo que cuando no picó la carnada, la misma madre al lanzar el anzuelo preparó la condición necesaria para elegir sentirse víctima). El hijo con su aparente desdén era el perpetrador (quien cometió una falta según el juego), y el papá llegó como salvador. Pero luego, el hijo eligió ser víctima al creer que su mamá lo ataca con ese regalo, y el papá siendo salvador, por un momento eligió también ser víctima y prefirió salirse de la habitación molesto por la actitud del hijo. En el instante en que el papá volvió con la mamá, volvió a elegir ser salvador y ahora le pedía cuentas a la madre a quien él veía como posible perpetradora, pero la madre continuó con su papel de víctima y así sucesivamente.

¿Te suenan familiares algunas de estas escenas? Pues porque es el juego que todos jugamos cuando no sabemos de Nueva Conciencia. Todos podemos elegir cualquiera de estos papeles, que de hecho los solemos elegir todo el día, todos los días. Pero en Nueva Conciencia existe otra opción.

La otra opción: elegir no jugar. Punto. Así de fácil y sencillo y de hermosas consecuencias. Y además, por no jugar, ¡no nos aburrimos! Sino que permanecemos bien, extraordinariamente bien. Y permanecemos así, para frustración de los que quieren seguir jugando.

Cuando alguien intenta ofenderte, te está invitando a ser víctima e iniciar un juego. Con Nueva Conciencia observa a una ofensa como un regalo. Y qué pasa cuando no aceptas un regalo. ¿De quién es entonces? De quien te lo quiso dar y de ahí no pasó. En esta metáfora, cuando no aceptas el regalo significa que ante una ofensa no haces nada. Absolutamente nada. Eso es no aceptar el regalo y permitir que siga en posesión de aquel quien te lo quiso dar.

En toda esta larga nota he intercalado enseñanzas que creo muy valiosas para saber de este debilitante juego. Sin embargo, aquí te daré 12 reglas que he observado de este absurdo y oscuro juego:

1. El origen del juego es falta de amor.

2. Se requiere vivir un vacío existencial activo con su falta de amor interior para iniciar el juego; ya sea iniciarlo como víctima, como perpetrador o como salvador.

3. Siempre quien inicia el juego necesita tentar a otras personas para arrancar el juego formalmente y por el tiempo que sea necesario, para así sentirse unida a una persona, unida a través del juego aunque sea.

4. El juego puede iniciar con el más mínimo o sutil comentario, incluso con una mera actitud o leve mirada, siempre y cuando haya otro que quiera jugar.

5. El tiempo del juego es indefinido. Desde unos cuantos minutos hasta toda la vida.

6. El juego debe producir dolor, en cualquiera de sus manifestaciones, tanto emocionales como físicas. De hecho, así está diseñada la logística del juego.

7. Si se ha decidido ser un jugador formal y constante, el juego no se acaba nunca, ni con la muerte de uno de los participantes, ya que de inmediato se puede elegir otro jugador o incluso se puede jugar con la memoria del fallecido.

8. Una vez que se elige un papel en el juego (Víctima, Perpetrador o Salvador), se puede cambiar a otro papel en cualquier momento y a voluntad, para continuar jugando todo el tiempo.

9. Con la práctica y la habilidad aprendida para jugar, se pueden jugar varios de estos a la vez.

10. Si el juego (o los juegos) parece que se acerca a su final, se pueden volver a intercambiar los papeles para que el juego continúe o se puede iniciar otro juego con nuevos participantes.

11. El juego lo puedes jugar consciente o inconscientemente.

12. En este juego nadie puede ganar nunca.

Pues bien, estas son las reglas del juego que todos jugamos cuando así lo elegimos. Creo que es valioso habértelas nombrado y quizá te haya puesto a pensar profundamente. Ojalá así sea. Se trata de salir del juego. Ahora bien, ¿te gustaría que te diera trascendentes recomendaciones para no jugar este juego? ¿Sí? Pues anota en tu corazón la más poderosa recomendación que te doy:

Elige no jugar. Punto.

Es todo. No hay más trascendentes ni más poderosas recomendaciones para salir del dolor en cualquiera de sus variantes. Te daré algunas otras como "plus", como valor agregado:

..Reconoce qué papel juegas mejor: víctima, perpetrador o salvador. El simple hecho de que hoy, con Nueva Conciencia, reconozcas tu papel preferido, puede debilitar su aparición.

..Reconoce que cuando sientes que te falta amor, tienes ganas de jugar. Darte cuenta de esto quizá ayude a que en lugar de jugar, elijas amor.

..Reconoce que cuando falta sentido en tu vida, tienes ganas de jugar. Darte cuenta de esto puede ayudarte a buscar sentido en lugar de jugar.

..Reconoce que cuando viste el juego muchas veces en tu casa, te dan ganas de jugar ya como experto. Darte cuenta de esto puede invitarte a saber que existe la opción de una Nueva Conciencia donde puedes hacer cosas que no viste en tu casa.


..Aprende que cuando permites que Dios esté dentro de ti, pierdes el interés en jugar.

Estas son algunas recomendaciones que me surgieron darte ahora. Créeme que si alcanzaste a leer hasta aquí, tu vida ha cambiado en este momento. Ya te diste cuenta de que existe un juego y eso ya es gran motivo de cambio. Y quizá ya te diste cuenta de que lo juegas. Eso es otro motivo de cambio y más poderoso aún. Hacer conciencia de que existe un error es el primer paso para tener la posibilidad de eliminarlo.

..¡! DESPIERTA ¡!.. "Observa".. tus pensamientos, tus emociones,.. tus juegos psicológicos,.. y toma consciencia de que tu puedes elegir jugar a la víctima, al perpetrador o al salvador;.. pero también puedes elegir.. NO JUGAR, y enfocar toda tu energía e intención al desarrollo de tus proyectos personales, a elevar tu nivel de consciencia.., a disfrutar y sentirte bien.. cada día mejor y mejor.

EJERCICIOS

La modificación consciente de los pensamientos, emociones y hábitos… es el paso básico para el despertar. Es necesario integrar el conocimiento en la memoria celular.. no simplemente basta con que lo sepas a nivel intelectual.. Disciplínate con los ejercicios diarios.

RESPONSABILIZATE de ti mismo y transfórmate a ti mismo en el SER amoroso, inteligente y pacifico que subyace bajo la ilusión del ego… RESPONSABILIZATE de Tus pensamientos/emociones y "observa".. ponte atento, siempre presente de instante en instante.