Cada vez tengo más claro que hay mucho más de lo meramente visible, que somos más de lo que vemos. No somos un nombre, no somos lo que hacemos (soy comercial), ni tampoco somos un cuerpo, aquel que únicamente sirve de diagnostico para los médicos. El cuerpo en cierto modo es nuestro vehículo, el instrumento que nos permite estar aquí y ahora, con el cual experimentamos y sentimos, pero hay más, o así lo intuyo y lo siento, aunque no tienes por qué estar de acuerdo. Creo en una parte sutil, energética, invisible para los ojos, a la que muchos llaman alma, pero que puede tomar el nombre que tú quieras. Esa energía que viene de la nada, del vacío, del todo, de la fuente, la que sabe el propósito de estar aquí y ahora, la que planificó todo y todo lo olvidó. La que eligió consciente situaciones y personas para vivir, para aprender, para mejorar, al matricularse en la escuela de la vida. La que va y vuelve, la que nunca muere, porque simplemente se transforma. Esa energía que todos tenemos es la que empiezo a ver por momentos, a sentir cuando optó por dejar a un lado automatismos, mecanismos diarios, es decir actividades realizadas sin a penas darme cuenta, sin ser consciente, porque mi cuerpo está, pero mi mente se ha ido al pasado, o viaja al futuro sin ni tan siquiera pedir permiso, y mi espíritu….pero qué has dicho????
Y así es como he empezado a optar por ver más allá del cuerpo de una persona, cuando la situación me incomoda, cuando la persona juega de espejo y me refleja la peor de mis sombras, cuando el aprendizaje se presenta y no lo veo, o no lo veía, y me resistía y me enfadaba y criticaba, y juzgaba.
En esos momentos, ahora, me paro, observo y pongo todos mis sentidos a funcionar y pregunto desde lo más profundo, de alma a alma, cual es el mensaje, cual el aprendizaje. Simplemente pregunto y pido ayuda para entender. Entonces me percato que por mi mera actitud todo cambia, todo se transforma, todo es diferente, todo se armoniza, todo es mucho más fácil de lo que podía parecer. Sólo ahora que tengo el grandísimo privilegio de vivir sin tantas prisas, o tal vez simplemente de vivir, me doy cuenta de lo que es la vida, su secreto, su misterio, su energía, mi energía, tu energía. En esas situaciones ya no veo a la persona, sino que intento ver lo profundo de ésta, su alma. Dialogo entre dos almas, para dar lo mejor de cada una y así, avanzar creciendo por la misma senda, por el mismo camino.
Feliz comienzo de semana!
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